En el mundo interconectado de hoy, tener una presencia global es una necesidad para las empresas que buscan el éxito. Expandirse a mercados internacionales permite a una compañía llegar a una audiencia más amplia, diversificar sus fuentes de ingresos y reducir la dependencia de una sola economía. Una empresa que opera globalmente puede acceder a nuevos clientes, explorar mercados emergentes y mantenerse competitiva en una economía cada vez más digital y sin fronteras. Las compañías con una fuerte presencia global pueden beneficiarse del marketing boca a boca en distintas regiones, lo cual fortalece su reputación y atrae más clientes. Sin una visión global, las empresas corren el riesgo de estancarse y volverse más vulnerables ante las fluctuaciones económicas locales.
